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"Docencia, pandemia y después…" -Silvia Píriz-

"Docencia, pandemia y después…"

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Temática Educación

Medio La Diaria

Medio digital

Entrevistado/a o mencionado/a por Facultad Silvia Piriz

Fecha 

FUENTE https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/5/docencia-pandemia-y-despues/

Los escenarios de reinicio de clases, los aprendizajes y las posibilidades.

Varias voces se están expresando en torno a los desconciertos y los desafíos que ha implicado la situación de emergencia sanitaria en la educación, en la docencia, en la enseñanza y en el aprendizaje. Mientras, estuvo siempre latente y cada vez más presente la mirada en el reinicio de la actividad presencial en los centros educativos. Aun en la incertidumbre sobre el momento de tal reinicio, no se elimina la certeza del mismo. A las aulas, al encuentro entre docentes y estudiantes, entre estudiantes, con familias, a la presencialidad, volveremos antes o un poco más después. Este escenario provoca varias, sino muchas interrogantes y en algunas quisiera detenerme aquí.

El escenario de reinicio se esboza con diversidad de posibilidades y se reconoce que no será total, es decir no será con presencialidad diaria o jornadas completas, según los turnos pre-existentes o definidos. La discusión en torno a esa dimensión operativa no nos ocuparía ahora aunque sí cabe preguntarse respecto a las condiciones de desigualdad que nuevamente estarán presentes, en particular en los primeros niveles de escolaridad. Si bien es bienvenido el retorno a la organización de la vida que la asistencia a un centro educativo significa en la educación, para todos, para estudiantes, para educadores y para familias, ¿qué posibilidad tendrán las familias de asegurarse que sus hijos e hijas (los más pequeños) asistan al centro educativo en jornadas pensadas en parte del horario y no todo?

Esta pregunta debe incluir a los propios educadores-padres y madres que en estos dos meses también han compartido- vivido su actividad docente con sus hijos en casa. En este sentido, la preocupación por el sostén del “vínculo educativo” no podría ceder y a la vez demanda pensar acciones concretas que no pierdan de vista y atiendan estas condiciones desiguales.

Entonces, ¿qué significará a los educadores este escenario de presencialidad parcial de su actividad docente? Seguramente la experiencia de virtualidad ha implicado aprendizajes diversos para estos actores, lo que también, sin lugar a dudas, ha provocado poner en juego mucha creatividad y emociones. Y esto mismo seguramente también podrá habilitar el despliegue creativo de iniciativas variadas para la enseñanza en el próximo escenario. La educación considerada y vivida como experiencia (Larrosa, 2009) es fuente de nuevas experiencias, ¿de nuevas educaciones? Aunque no solo, la profesionalidad también sostenida en saberes y ese “amor político” del que habla Isabelino Siede, arman y dan figura al docente y su actividad. Porque “No es un amor personal, sostenido en el vínculo primario con el alumno”, es “amor a la humanidad del otro, que incluye amor a la dignidad del sujeto y al valor del mundo” (Siede, 2007). Es profesionalidad sostenida ya no en características personales, sino en cualidades ético-políticas y pedagógicas de su práctica.

A la parcialidad temporal y organizativa se sumará la diversidad desigual de la relación sostenida en la virtualidad con el otro en cuestión, el niño, la niña, los estudiantes, que no participaron en ese “vínculo educativo”, que tuvieron escasa comunicación y actividad educativa en estos meses. La enseñanza no podrá ser para todos igual, ¿no requerirá esto un nuevo reacomodo, un replanteo de propuestas? ¿Ese nuevo reacomodo, el replanteo de propuestas, la reorientación de sus actividades para responder a este otro escenario, tiene posibilidad de ser pensado hoy? ¿Qué condiciones de acompañamiento, de orientación, de espacios de pienso, de trabajo con el colega, son necesarias y posibles?

Por último (por ahora), se propone que estos meses han supuesto clases perdidas y en el conteo de jornadas escolares este año resultaría un no-año lectivo. ¿Se trataría entonces de una pérdida fatal? ¿Lo que se pierde-muere, no se recupera? Quizás valga la pena considerar qué supone el año lectivo, en tanto forma de organización temporal de la actividad curricular, pata de un formato escolar asumido y vivido generación tras generación. Una organización temporal histórica y socialmente acordada, que no ha sido ajena a la organización de la vida económica y productiva del país. ¿Es posible pensar otra organización? ¿Qué entra –y qué queda fuera- en ese tiempo?

Mientras los docentes han trabajado mucho en esta parte de ese año lectivo, aunque el énfasis en no perder el vínculo estuvo, este mismo se sostiene con la acción educativa, con propuestas, con un cuento o un video pensado para este, aquella, estos u estos otros niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Se ha sostenido con muchísimas actividades que aunque no siempre supusieron copiar del pizarrón, escuchar al docente, charlar o discutir con un/a compañero/a, sí implicaron leer, dibujar, calcular, planificar un experimento, hacerlo en casa, preparar un ensayo y muchos etcéteras. Entonces, la gran mayoría de los alumnos ha trabajado mucho. Los docentes han ido planificando, estudiando, valorando, sopesando qué y cómo, han ido pensando hacia dónde llevan a sus estudiantes, a sus grupos, también a los que no están virtualmente, han tenido presente en este trabajo su “programa de enseñanza”, el programa respectivo del grado, del curso… Vale la pregunta, ¿realmente se pierde y no se recupera?

Seguramente valga también pensar desde ya la posibilidad de reconocer lo transitado en términos educativos – y académicos- para ubicar qué se consiguió y no se pierde. Seguramente esto requiere nuevamente contar con los docentes, contar con su pienso colectivo.

Referencias

Larrosa, J. (2009) Experiencia y alteridad en educación. En Larrosa, J. y Skliar, C.(2009) Experiencia y alteridad en educación. Rosario: Ed. Homosapiens.

Siede, I., La educación política, ensayos sobre ética y ciudadanía en la escuela, Buenos Aires, Paidós, 2007

Silvia Píriz Bussel es licenciada en Educación (FHCE- Udelar), magister en Enseñanza Universitaria (Udelar), candidata a doctora en Educación (FHCE- UdelaR). Integrante de equipo del Departamento de Estudios Pedagógicos y Comparados - Dirección Sectorial de Planificación Educativa de ANEP- CODICEN y docente en Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo Humano de Facultad de Psicología (Udelar).